Luz para el fin de la historia

¿Permitirá Dios para siempre el mal? ¿Dejara que los seres humanos lleguemos al punto de autodestruirnos y destruir el planeta? ¿Nunca habrá un límite para el mal y el dolor?

La Biblia nos dice que este no es así. Dios está llevando Adelante un plan que tiene como fin último la eliminación de la maldad y el padecimiento que ha traído el pecado sobre la tierra; a la vez que respeta ese elemento sagrado y terrible, al mismo tiempo, que es la libertad.

Los cristianos no estamos en tinieblas como dice nuestro texto de reflexión para hoy, como para ser sorprendidos por los peligros de los acontecimientos finales y el juicio final que Dios ejecutará sobre nuestro mundo en ocasión de la segunda venida de Cristo. Por el contrario, somos hijos de la luz, hijos de Dios, y nos estamos preparando para nuestro hogar celestial. Por lo tanto, no debemos permitir que las cosas de esta vida, tanto sus placeres como sus dolores, nos suman en un estado de somnolencia espiritual peligrosa como la que padece la mayor parte de la gente. Debemos mantenernos sobrios, velando, estando atentos a las señales de los tiempos y realizando una preparación espiritual cabal para estar a la altura de lo que exigen de nosotros los acontecimientos dramáticos que estamos viviendo, y que se profundizarán a medida que lleguemos al fin de la historia.

Para eso, nada mejor que permitir que el mensaje de las profecías bíblicas nos brinden la perspectiva cósmica con la cual debemos ver la historia humana y nuestra micro historia personal, para ver que formamos parte de un escenario mayor y un plan superior que tiene Dios para nuestra vida por encima de las mezquindades de nuestra vida terrenal.

Te invito entonces, durante este último mes de lecturas, a que me acompañes en la reflexión de los libros de Daniel y el Apocalipsis para dejarnos guiar por la luz de Dios para estos tiempos finales dela historia.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El Tesoro Escondido”
Por: Pablo Claverie