Reflexiones para tí.

Edom

No quiso, pues, Edom dejar pasar a Israel por su territorio, y se desvió Israel de él. Números 20:21 (RVR).

Creo que la peregrinación por el desierto estaba dejando su marca negativa en todos los hijos de Israel. Moisés, a pesar de su santidad, está cansado. Aarón, a punto de descansar en el Señor. El pueblo, quejándose, como siempre.

Lo último que la Biblia nos cuenta, antes de la entrada del rey de Edom en escena, es el episodio de las aguas de Meriba. Moisés, en lugar de hablar, golpea la roca y Dios no le permite entrar en la Tierra Prometida.

Moisés, con razón y lógica, quiere salir de aquel lugar cuanto antes y llegar a su destino en el menor tiempo posible. Delante de ellos, el territorio de Edom, la tierra de los descendientes de Esaú.

Como el pasaje del pueblo de Israel no podía darse en forma imperceptible, Moisés envía mensajeros para explicar la situación. El elegido de Dios le pide “por favor” (ver Núm. 20:17) que les permita pasar por sus tierras. La respuesta es clara y contundente: “No”.

La oferta es simple. Pasarán por el camino real, fácil de cuidar y de controlar. No pasarán por ningún campo labrado. No beberán agua de sus pozos. Pero, la respuesta es “No”.

La segunda oferta coloca en la mesa de las negociaciones el pago por la posible agua que puedan llegar a tomar, tanto hombres como animales. La respuesta continúa siendo clara: “No”.

¿Por qué Dios no muestra su poder, como lo hizo tantas veces antes y lo hará tantas veces después de este momento? ¿Por qué las cosas no salen como yo quiero, cuando yo quiero, en el instante que yo quiero? ¿Dios estaba enojado con Israel? ¿Les estaba haciendo sentir lo que sería de ellos sin su presencia y su compañía? No, esa no es la manera en la que Dios actúa.

En esta historia Dios, en su sabiduría, permite que los enemigos de Israel realicen sus elecciones y tomen sus decisiones, a veces contrarias a los intereses de sus hijos. Después de ese proceso. Dios actúa.

Es posible que hoy tengas que caminar un poco más, dar una vuelta más larga, pero -por favor- no dudes ni del poder ni del amor de Dios para contigo. Los “triunfos” de los enemigos de Dios son momentáneos. Recuerda: Edom fue absoluta y totalmente destruido.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor






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