Los profetas de Guibea
En efecto, al llegar Saúl y su criado a Guibeá, un grupo de profetas les salió al encuentro. Entonces el Espíritu de Dios vino con poder sobre Saúl, quien cayó en trance profético junto con ellos. 1 Samuel 10:10.
Me gusta pensar que la mayoría unida puede cambiar alguna cosa. No estoy hablando de democracia, estoy hablando de la vida espiritual del pueblo de Dios. Lamentablemente, la realidad nos marca algo bien diferente.
Saúl está llegando a la primera parada que Samuel le marcó en su camino de retorno, luego de haber sido ungido. Un grupo de profetas le sale al encuentro y, automáticamente, el mismo Espíritu de Dios que está guiando al grupo que sale de la ciudad, se apodera del futuro rey y lo hace profetizar. ¡Qué fantástico sería si cada vez que un grupo de cristianos se reuniera, consiguiese pasar su poder espiritual a aquellos que los rodean!
¿No te parece que sería genial si el poder de Dios fuese contagioso? Imagina lo increíble que sería, al terminar una semana de énfasis espiritual o uno de aquellos cultos en los que Dios transforma la vida de quienes participan, que el grupo de cristianos que sale del lugar pudiera, por pasar cerca, compartir, entregar parte de ese poder a las otras personas.
Quizá lo más difícil sea imaginar un grupo de cristianos orando… ¿Qué nos pasó? ¿Por qué es tan complicado encontrar a alguien orando? ¿Será que hay ausencia de justos?
Parece que estamos muy ocupados con nuestras buenas obras como para orar, muy enojados con los otros, muy preocupados por nuestros problemas, muy cansados por nuestras actividades como para orar. Sin oración, no tenemos ningún poder para pasar a los demás.
La buena noticia es que Dios sigue realizando milagros y aunque el “elemento humano” no esté ayudando mucho, él puede cambiar la vida de las personas y guiarlas por su Espíritu, aunque cuente con una amplia minoría preocupada en su vida espiritual. Forma parte del grupo que busca estar en comunión con el Cielo cada día, en cada momento.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor
SUSCRÍBETE A NUESTRO BOLETÍN DE ESPERANZA
NUESTRAS CREENCIAS
Las creencias adventistas tienen el propósito de impregnar toda la vida. Surgen a partir de escrituras que presentan un retrato convincente de Dios, y nos invitan a explorar, experimentar y conocer a Aquel que desea restaurarnos a la plenitud.