Jonatán
Entonces los soldados de la guarnición les gritaron a Jonatán y a su escudero: “¡Vengan acá! Tenemos algo que decirles”. Ven conmigo -le dijo Jonatán a su escudero- porque el Señor le ha dado la victoria a Israel. 1 Samuel 14:12.
Esta no es la primera aparición del nombre Jonatán en la Biblia, pero es la primera historia en la que es el protagonista. Hijo mayor del primer rey de Israel, se muestra valiente, osado y con fe en Dios. Definitivamente sería un buen rey para el pueblo. Pero, los planes del Cielo eran diferentes. En los pocos capítulos en los que su historia aparece, no se menciona ni un solo error consciente cometido por él. Amigo fiel. Soldado valiente. Padre cuidadoso. ¿Qué más se le puede pedir?
Ser como Jonatán no es fácil; significa que tu amistad está -absolutamente- por encima de tus propias ideas y deseos, y de tu propio futuro. Una fidelidad a ese extremo no es fácil de encontrar. Él no era culpable por los errores de su padre. Por el contrario, intentó hacer que su padre reaccionara positivamente frente a David. Intentó (y lo consiguió) salvar la vida de quien ocuparía el lugar que por derecho le correspondía. Pero los planes del Cielo eran diferentes. Seguramente tú no eres soldado, pero sin dudas tienes alguna responsabilidad. ¿Eres fiel y valiente para hacer lo correcto en todo momento, en todo lugar y en toda circunstancia? ¿Sigues tus principios sin importar lo que los otros digan o lo que pueda parecer?
Ayudar a David era el certificado de defunción de su propio reinado. Lo cierto es que Jonatán era absolutamente consciente de la situación, y a pesar de eso actúa siguiendo sus principios de amistad incondicional con el antiguo pastor de ovejas.
No sé si eres padre (o madre), pero Jonatán también es un ejemplo para todos, en este papel que a algunos nos toca vivir. Sabiendo que su destino no era el trono de Israel, hace jurar a su amigo el cuidado y la protección necesarios para sus propios descendientes.
Jonatán también nos enseña a no pensar únicamente en nosotros y en nuestra situación actual, sino además tenemos la obligación de, por medio de nuestras decisiones, extendernos hacia el futuro de nuestro familia.
Piensa en Jonatán, piensa en tu futuro y aprende a aceptar los planes del Cielo para ti.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor
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