APRENDAMOS DE HAWKING
Examinen todo y quédense con lo bueno. 1 Tesalonicenses 5:21
Dicen que Stephen Hawking es el físico más importante desde los tiempos de Albert Einstein. Pero a diferencia de Einstein, Hawking considera que la fe es un elemento irrelevante para los seres humanos. En 2014, en una entrevista publicada en el periódico español El Mundo, Hawking hizo evidente su ateísmo y subrayó que no cree en milagros porque “no son compatibles con la ciencia”. Curiosamente, su propia experiencia constituye un ejemplo fehaciente de que los milagros siguen ocurriendo.
Cuando Stephen tenía veintidós años los médicos le informaron de que padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA). La ELA ataca directamente al sistema nervioso central y, debido a la degeneración de las células que regulan nuestros movimientos, provoca una parálisis completa. Por si ya lo has olvidado, la ELA fue la enfermedad que en 2014 suscitó la campaña del desafío del cubo de hielo, en la que tomaron parte activa más de mil millones de personas en todo el mundo.
Tras evaluar detenidamente el avance de la enfermedad, los médicos informaron a Stephen de que nada más le quedaban dos o tres años de vida. ¿Sabes cuántos años han pasado desde entonces? ¡Más de cincuenta! Aunque Hawking no lo crea, su vida comprueba que los milagros son posibles. ¡Él es un milagro viviente!
Como creyente en el relato bíblico de la creación tengo que estar en desacuerdo con la versión de Hawking en cuanto al origen de la vida. Sin embargo, no puedo dejar de reconocer que él posee una virtud digna de admirar: ¡Hawking no se rinde! A pesar de su enfermedad, se casó, tuvo tres hijos, continuó sus estudios de Astrofísica. Cuando ya no podía caminar, impartía sus clases y charlas desde una silla de ruedas. Cuando perdió la capacidad de hablar en 1985, usó un sintetizador de voz para seguir llevando a cabo su labor. Aunque la vida de Hawking nos parezca tan lúgubre como los agujeros negros, él ha sabido sobreponerse a su tragedia.
La Palabra de Dios dice: “Examinen todo y quédense con lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21, PDT). Podemos debatir con Hawking sobre cosmogonía, pero aun de un ateo como él, hay lecciones que deben ser aprendidas. Hawking nos ha enseñado que Dios sigue haciendo milagros y que nunca hemos de rendirnos.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco.
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