La recompensa del servicio
“El que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás” (Mateo 20: 26).
Tras pedirles que subieran a la plataforma, el rector se dirigió a los estudiantes y les dijo: “Alguien que ustedes no conocen ha escuchado lo que están haciendo. Él quiere que sean capaces de servir a las personas del lugar al que van sin ningún impedimento. Así que les ha dejado un regalo. Pidió permanecer en el anonimato, pero esto es lo que ha hecho por ustedes”. John Ortberg, que estaba presente en aquella graduación, dice que el doctor Wallace llamó al primer estudiante y le dijo: “Tu deuda de ciento cinco mil dólares ha sido saldada”. Luego le dijo al segundo estudiante: “Tu deuda de setenta mil dólares ha sido saldada”. A la tercera persona le dijo: “Tu deuda de treinta mil dólares ha sido saldada” (El ser que quiero ser, p. 183).
Es legítimo que estudies para tener un mejor trabajo. Es loable que aspires a mejorar tu condición financiera. ¡Qué bueno sería que tengas el honor de pronunciar el discurso de graduación de tu clase! Pero nada más podrás alcanzar la mejor versión de ti mismo si, primero, te preparas para servir. Antoine De Saint Exupery, autor de El principito, tenía toda la razón del mundo cuando dijo: “Si queremos un mundo de paz y justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor”.
Eso fue lo que hicieron los graduados, y eso les generó una buena recompensa.
#VivirparaServir
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#MeditacionesDiarias
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco
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